Si bien los directivos empresariales suelen tener la libertad de establecer sus propias metas, con demasiada frecuencia las delegan como imperativos innobjetables. Esto niega la autonomía a quienes deben alcanzar estos objetivos y es probable que también afecte a su desempeño. Los directivos inteligentes procuran mantenerse al margen de sus propias metas cuando están tratando de motivar a sus gerentes, y siempre que sea posible, los alientan a establecer sus propias metas desafiantes. Pero si no lo hacen, y proscriben estrictamente ciertas tareas, no todo está perdido, ya que el gerente al menos puede ser capaz de ofrecer a sus empleados algunas opciones y la autonomía para decidir cómo realizar el trabajo, quién la hará y cuándo.
Aun cuando cierta meta sea un imperativo absoluto, todavía es posible el coaching para la autonomía. Nunca se debe subestimar el valor de la elección y la responsabilidad, ya que son factores decisivos para la automotivación.
El coaching es una herramienta poderosa para ayudar a las personas a alcanzar la autonomía de sus metas. Esto se logra mediante un proceso estructurado que permite que el individuo tome el control de su vida y desarrolle sus metas. Esto se hace al identificar sus fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas y al establecer objetivos realistas y alcanzables, ayudando al individuo a desarrollar habilidades de planificación, organización y motivación para lograr sus metas.
Además, ofrece una estructura para el desarrollo de la autoconciencia, la autoestima y la autodisciplina, que son fundamentales para el éxito.
Por todo ello, las personas aprenden a tomar decisiones de forma autónoma y responsable. Esto les permite desarrollar la confianza y la seguridad necesarias para lograr sus objetivos.
Abdicar o dejar hacer
Dejar que el empleado haga lo que le parezca, libera al gerente para otras obligaciones y le da al subordinado una libertad de opción. Sin embargo, esto es arriesgado para ambos. El gerente abdica de su responsabilidad, si bien el asunto todavía le incumbe, y el subordinado puede tener un mal desempeño debido a su falta de conocimiento de muchos aspectos de la tarea.
A veces, los gerentes se retiran con buenas intenciones, para obligar a sus subordinados a asumir más responsabilidades. Pero esta estrategia rara vez sirve a su propósito, porque si el subordinado se siente obligado a aceptar esa resposabilidad, en lugar de elegirla por sí mismo, su compromiso personal sigue siendo escaso y su desempeño no reflejará el beneficio de al automotivación que el gerente espera producir.
Como decíamos, el coaching ofrece al directivo un control real, no ficticio, y le da al subordinado una responsabilidad elegida por sí mismo.