Al no existir una reglamentación clara, ni un reconocimiento oficial, ni académico, hace que los coaches formados en organizaciones con prestigio convivan con coaches sin apenas formación o preparación previa, por lo que la calidad del servicio puede ser muy variable.
En el ámbito de la empresa, por ejemplo, el servicio de coaching se ofrece frecuentemente acompañando a otros como la consultoría, el team building, outplacement, y con herramientas de diagnóstico como el MBTI o el feed-back 360. Aún así, el coaching está empezando a ocupar un lugar estratégico en los programas de formación y recursos humanos de las empresas y está demostrando una relación eficacia/coste muy ventajosa. En el ámbito personal, a veces se ofrece junto a técnicas de PNL (Programación Neurolingüística).
En cuanto a los ámbitos, existen dos grandes áreas de aplicación: Coaching ejecutivo y de empresa y Coaching personal o coaching para la vida. El coaching Ejecutivo y de Empresa está más orientado a la ayuda en el desarrollo de habilidades y competencias relevantes en el entorno laboral, como pueda ser el desarrollo de habilidades de liderazgo o de control y manejo del estrés laboral o adaptación al cambio.
El Coaching Personal suele trabajar de modo más integral y global con todos los aspectos y objetivos de la vida privada, social, laboral, espiritual, de la persona, ayudando a conseguir un mayor equilibrio y aprovechamiento de las capacidades individuales. Pero esta división está motivada, en gran medida, por los ámbitos en los que se emplea y por el hecho de que el coaching comenzó aplicándose en contextos empresariales, más que por las competencias y principios éticos del coaching, que son comunes a todas las parcelas de aplicación.