Con el paso del tiempo, debemos asegurarnos de que las metas del equipo siguen siendo coherentes con las de la organización a la que pertenecen. Para ello, deberá mantener informada a la alta dirección sobre los principales desarrollos o avances.
Tenemos que trabajar con el equipo para descomponer las grandes metas en tareas más concretas y marcar un límite temporal para llevarlas a cabo. No seamos demasiado optimistas: albergar falsas expectativas sobre lo que se puede lograr sólo hará que nuestro equipo y nosotros mismos estemos condenados al fracaso. Ahora bien, tampoco es cuestión de infravalorar lo que el equipo es capaz de conseguir, ya que, si marcamos el listón muy bajo, estamos perdiendo el potencial del equipo.
Si la carga de trabajo ha crecido o las metas han cambiado, el plan originario podría dejar de ser válido. Debemos ser realistas sobre lo que el equipo es capaz de lograr en un período determinado y después, modificar las expectativas adecuadamente.
2 Comments
gimena
me gusta mucho tu teoria
gimena
esta super suerte en todo lo que te propongas